Alejandro Londoño

Bogotá, 1989

Su trabajo pretende explorar, más que un medio o una técnica, un momento histórico, un momento en el que las máquinas parecen apropiarse del mundo para disipar los límites entre la realidad y la ficción. Con la aparición de los "nuevos medios", y especialmente con la apariencia de la computadora, el complejo circuito de la señal se ha desgarrado y hemos estado inmersos en un atolladero en el que el significado y la importancia han perdido cualquier conexión: significantes, en todas partes. encarnados por ceros y por unos, complejos e inaccesibles, chocan con significados imposibles de leer del universo táctil.

La materia prima de su trabajo parece estar relacionada con códigos y números, con algoritmos, con complejas traducciones computarizadas. Quizás esa preocupación surja de un mundo cada vez menos tangible, un mundo de creciente escasez de materialidad, un mundo que ofrece ficción y simulación como sinónimo de progreso. Desde una perspectiva artística, particularmente desde la plástica, pretende reivindicar el objeto de un mundo que se ha encargado de reducir los logros y las posesiones humanas en dispositivos de silicio microscópicos incapaces de hablar por sí mismos. Los gestos y procesos presentes en el trabajo de Londoño, así como los materiales que utiliza, son meros signos que buscan vaciar cualquier intento de reproducir realidades a través de dispositivos externos al propio cuerpo. Mientras el universo intenta digitalizar, con cada vez más esfuerzo y tecnología la información del mundo análogo, trato de recuperar, cada vez con más resignación, aquellos recuerdos que olvidamos en la era digital.

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His work aims to explore, more than a medium or a technique, a historical moment, a moment in which machines seem to appropriate the world in order to dispel the limits between reality and fiction. With the appearance of the "new media", and especially with the appearance of the computer, the complex circuit of the sign has been torn apart and we have been immersed in a quagmire in which meaning and significance have lost any connection: signifiers, everywhere embodied by zeros and by ones, complex and inaccessible, colliding with significations impossible to read from the tactile universe.

The raw material of his work seems to be related to codes and numbers, with algorithms, with complex computerized translations. Perhaps that concern arises from a less and less tangible world, a world of increasing scarcity of materiality, a world that offers fiction and simulation as a synonym of progress. From an artistic perspective, particularly from the plastic one, he intends to vindicate the object of a world that has been in charge of reducing achievements and human possessions in microscopic silicon devices incapable of speaking for themselves. The gestures and processes present in Londoño’s work, as well as the materials he uses, are mere signs that seek to empty any attempt to reproduce realities through devices external to the body itself. While the universe tries to digitize, with more and more effort and technology the information of the analogous world, I try to recover, each time with more resignation, those memories that we forget in the digital age.